“Cuando se tiene el privilegio de ingresar a una institución de educación superior, se inicia también un camino incierto hacia una forma de vida que no es precisamente predecible. La inmensa mayoría de los jóvenes establecen que al terminar sus estudios de pregrado irán a buscar un empleo, pero esta decisión es cada vez más improbable como escenario real, porque muy pocos lo conseguirán y los que lo logran, a la mayoría, este empleo les durará poco tiempo. Cada vez hay más trabajo y oportunidades pero menos empleo.
Cada vez hay menos desempeños de lo mismo y mucho más competidos. Pero así mismo, surgen todos los días múltiples implementaciones tecnológicas y sofisticaciones de la demanda, que con los conocimientos adecuados y buenas dosis de sentido de la innovación y la velocidad pueden dar lugar a un emprendimiento.
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